#2 #2 hombrechimenea dijo: #1 Deja de meterte narcolanchas enteras 🤣🤣@hombrechimenea
El hombre creó a Dios, y no a la inversa.
#3 #3 esjatos dijo: #2 @hombrechimenea [youtube]ZeTrztPs6wQ[/youtube]Ostia! Un mongolo auténtico! Te voy a comprar un bolsa de chuches.
#1 #1 esjatos dijo: Todos los seres existen fenoménicamente como manifestación del principio intelectivo, mediante y por el cuál son, y todos van a volver a este cuando cese lo fenoménico que se les otorgó.
Han pasado siglos. Aquí seguimos, varios años más viejos, muchos litros más sudados; consumiéndonos lenta pero irreversiblemente. Ahora más conscientes de que debemos buscar un sitio en el suelo y preguntarnos, ¿qué lugar ocuparemos en el polvo? Mientras recordamos que antes, mucho antes, mirábamos hacia las estrellas y nos preguntábamos, ¿tenemos un sitio entre ellas?
[img]https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/6a/Aurangzeb_27.jpg[/img]Deja de meterte narcolanchas enteras 🤣🤣
El hombre existe por creer en Dios, sin la conciencia de que existe un bien y otra vida tras la muerte, nuestra sociedad no se hubiese desarrollado porque seguiríamos comportándonos como animales.
Ya descubierta América, los hombres hacía los tratos frente a las cruces que habían en las plazas, porque todos creían en la importancia de la palabra frente a Dios.
Incluso el ateo vive en una sociedad forjada por la fe. La mayoría de los premios Nobel son creyentes y hasta el reticente Stephen Hawking vivió, contra el consejo de los médicos, por la fe de su esposa.
Aunque no creas, merece la pena tener fe para vivir mejor, cimentar unos principios sólidos ayuda a sacar la mejor versión de uno mismo, a salir adelante en los momentos difíciles y a sonreír en tu último suspiro.
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7 jul 2024, 16:43
Todos los seres existen fenoménicamente como manifestación del principio intelectivo, mediante y por el cuál son, y todos van a volver a este cuando cese lo fenoménico que se les otorgó.
Han pasado siglos. Aquí seguimos, varios años más viejos, muchos litros más sudados; consumiéndonos lenta pero irreversiblemente. Ahora más conscientes de que debemos buscar un sitio en el suelo y preguntarnos, ¿qué lugar ocuparemos en el polvo? Mientras recordamos que antes, mucho antes, mirábamos hacia las estrellas y nos preguntábamos, ¿tenemos un sitio entre ellas?