Como cuando sos una misandrica e incel femenina con un odio irrefrenable al genero masculino debido a problemas serios con tu figura paterna y terminas trabajando en el ministerio de la mujer y/o militando en algún grupo feminista.
#2 #2 mrpizza dijo: Como cuando sos una misandrica e incel femenina con un odio irrefrenable al genero masculino debido a problemas serios con tu figura paterna y terminas trabajando en el ministerio de la mujer y/o militando en algún grupo feminista.@mrpizza chapó!
#1 #1 justatroll dijo: Había una vez un camello llamado Ali que vivía en el desierto. Un día, mientras Ali estaba descansando bajo un árbol, un trozo de queso con ojos le habló. El queso le explicó que se había convertido al Islam y que estaba buscando un compañero de viaje para ir a la Meca.
Ali, sorprendido por la idea de un trozo de queso con ojos parlante, decidió aceptar la oferta y juntos emprendieron el camino hacia la Meca. Durante el camino, Ali descubrió qué tipo de musulmán era el queso y aprendió sobre el camino recto.
Finalmente, llegaron a la ciudad sagrada de la Meca, donde el queso finalmente decidió quedarse. Ali se despidió de su extraño amigo y regresó al desierto, pero las experiencias vividas le habían dado una nueva perspectiva sobre la vida y la fe. Desde entonces, Ali era un camello diferente y siempre recordó la sabiduría que había aprendido de su amigo queso.@justatroll y se metió un fardo en el culo y se vino a España a venderlo y violar en manada a alguna niña. Fin.
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22 abr 2023, 23:41
Había una vez un camello llamado Ali que vivía en el desierto. Un día, mientras Ali estaba descansando bajo un árbol, un trozo de queso con ojos le habló. El queso le explicó que se había convertido al Islam y que estaba buscando un compañero de viaje para ir a la Meca.
Ali, sorprendido por la idea de un trozo de queso con ojos parlante, decidió aceptar la oferta y juntos emprendieron el camino hacia la Meca. Durante el camino, Ali descubrió qué tipo de musulmán era el queso y aprendió sobre el camino recto.
Finalmente, llegaron a la ciudad sagrada de la Meca, donde el queso finalmente decidió quedarse. Ali se despidió de su extraño amigo y regresó al desierto, pero las experiencias vividas le habían dado una nueva perspectiva sobre la vida y la fe. Desde entonces, Ali era un camello diferente y siempre recordó la sabiduría que había aprendido de su amigo queso.